martes, 15 de enero de 2008

Gracias...

Por estos días se cumplieron ya 2 años de aquel accidente. Tantas cosas cambiaron, tantas.. Ese día aprendí que la vida es capaz de cambiar en un instante. Tan solo un segundo. Me dí cuenta que hay personas que uno se acostumbra a querer, y así olvida lo mucho que se necesitan. Lo hermoso de darles un abrazo, un beso. Agradecerles. Pero volví a equivocarme. Tal vez sera porque tuve suerte y no te perdí, pero no supe aprender a valorarte. A vos, a la vida.. Y pido perdón. Ojala nunca me arrepienta demasiado tarde de este error. Ojala realmente pueda cambiar mis actitudes. Ojala ese pueda llegue ahora. No se, hoy veo sufrir a otros y no puedo evitar recordar viejas emociones. Prometería otra vez que lo intentare con todas mis fuerzas, pero mi garganta tiene un nudo.. No me deja. Maldita ironía, querer y poder deberían ser una misma palabra. Pero no. Otra vez pido perdón. Soy torpe, por demás. Paso las noches lamentándome por cosas que en realidad no tienen importancia. No comparadas con vos. Con ella, con el. Los que siempre estuvieron y estarán. Esos que si se fueran se llevarían una parte de mi corazón. Los amo mucho..

lunes, 7 de enero de 2008

Hoy

Desperte sin ganas de nada, como últimamente pasa. Mire a cada uno de mis lados y el paisaje era el mismo. El horizonte se ve difuso. Me siento, y, cómplice de una tibia sonrisa, abro mis ojos tanto como puedo. Veo pasar el tiempo frente a mi. Y no me pongo mal. Veo la gente correr. Siempre. Y sin embargo, mi vida, hoy, pasa por donde quiero. Me doy tiempo para tener tiempo. Miro al cielo un instante y detengo mis pensamientos justo allí. Es inmenso. “¿Qué habrá para mañana?“, me pregunto. Encogiendo mis hombros, me respondo que no lo se. Hoy mi vida ocupa el lugar que quiero. Me esfuerzo por ello. He vuelto a sentir que podía sentir, hace no mucho. Noté que mi bloqueo emocional tuvo y tiene sus raices en el futuro. ¿Raíces en el futuro? Sí. Las cosas que me angustian, no son aquellas que vivo, sino, aquellas que temo no llegar a vivir.


J. Ignacio Merlo