"Fui yo", dijiste. Y con dos palabras cambiaste todo. Lo que creia de vos, lo que creia de mi.
El primer día me llamaste la atención, lo admito. Pero el muro se levantó rápido. De un lado los principios... Del otro el contexto. Los dos supimos que no era el momento para saltarlo. Ya no. Ya no se podía. Tarde, pensamos. Pero maldita ironía del destino. Pensar nos acercó. Y acercarnos no nos dejó pensar.
Nosé que somos. Mucho menos que seremos. En un vaivén de emociones intentamos averiguarlo. Juntos, si. Ahora del mismo lado. Con las mismas dudas. Quizás deberiamos preguntarle al destino. Tal vez. Tal vez lo sabe. Tres preguntas tenemos. Al menos eso me dijeron cuando te conocí. Pero, sigo preguntandome. A quien le importa la pregunta?
