martes, 1 de febrero de 2011

Agua..

Hace tiempo que cada noche sueño lo mismo. Tengo calor. Veo una pileta. Hay muchas ganas de entrar en ella. Es tentadora. Emocionante. Ideal. Pero cuando me acerco veo que no tiene agua. ¿Qué pasó? No lo entiendo. ¿Será que el agua esta por llegar? ¿Será que el agua ya se fue? ¿Será que la pileta no quiere que me meta? Hay dos opciones: O quedarme y esperar para ver que sucede, o rendirme y refugiarme en la casa. Soy consiente de que si las cosas no salen bien voy a sufrir aún más quedandome ahí, parada al sol esperando un refresco q no llegará. Lo sé. Pero decido confiar. Decido esperar junto a la pileta vacía. El sendero es lindo. Caminar por el borde es exitante también. Entretenido. La incertidumbre lo hace aun más inquietante. Quizás termine teniendo suerte, quizás no. Quizás sino termine por cansarme de caminar. No lo sé. Habrá que esperar y ver. Sigo. Camino una, camino dos, camino tres vueltas. Por momentos me siento cansada, pero sigo. No dejo de mirar hacia aquel lugar donde el agua no aparece. Escucho gritos. Alguien me llama pero no lo puedo ver. El calor es agobiante y cuesta cada vez más dejar de alucinar con el agua rodeando mi cuerpo. Abrazándome. Envolviéndome. Protegiéndome del calor. Un hombre. Una mujer. Distintas voces intentan convencerme de mirar hacia otro lado. Me dicen que me hará bien. Me dicen que tienen una sorpresa para mi. Pero aunque mi mente quiera mirar mi corazón no lo deja. Se esta enamorando de la pileta. Ya no importa que tan vacía esta. Ya no importa hasta que punto este sufriendo con el calor. El siente que merece ese surtimiento y lo permite. Lo busca. Ata mi mente al pasado y se va. Parte rumbo a la locura de alcanzar una ilusión. Parte como un niño feliz. Parte, si.. partiendo así su alma en dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario